Cómo trabajo: una mirada terapéutica diferente

Mi forma de trabajar se basa en el Trabajo de Procesos, una mirada terapéutica que entiende que el malestar emocional, los conflictos y las crisis no son un error ni algo que haya que eliminar, sino una señal de que algo importante está pidiendo ser escuchado.

Muchas personas llegan a sesión sin saber exactamente qué les pasa. A veces hay una sensación de bloqueo, una repetición en las relaciones, un conflicto interno o simplemente la intuición de que algo no está bien. No hace falta tenerlo claro para empezar.

Mi trabajo consiste en sostener y acompañar el proceso que se está dando, ayudando a que lo que aparece —emociones, tensiones, contradicciones o silencios— pueda desplegarse y encontrar sentido.

Qué puedes esperar de una sesión

Una sesión es un espacio de acompañamiento terapéutico no clínico, cercano y respetuoso, donde no necesitas cumplir expectativas ni avanzar a un ritmo determinado.

Trabajo desde la escucha profunda, prestando atención no solo a lo que se dice, sino también a lo que aparece de forma más sutil: el cuerpo, las emociones, las repeticiones, los cambios de estado o las tensiones relacionales.

No se trata de analizarte ni de corregirte, sino de acompañar lo que está ocurriendo para que el proceso pueda avanzar de forma natural.

La mirada del Trabajo de Procesos

El Trabajo de Procesos parte de una idea sencilla y potente: todo lo que aparece tiene sentido, incluso aquello que incomoda, descoloca o genera conflicto.

Desde esta mirada:

  • El malestar emocional no se entiende como un problema aislado, sino como parte de un proceso.

  • Las crisis y los conflictos pueden ser momentos de transformación.

  • Aquello que evitamos o intentamos controlar suele contener información valiosa.

Esta forma de trabajar permite acompañar procesos personales, de pareja y familiares con profundidad, sin necesidad de diagnósticos ni etiquetas.


Cómo acompaño los distintos procesos

Trabajo con personas adultas, parejas y familias, manteniendo la misma mirada en todos los casos.

-En el acompañamiento individual, el foco está en el proceso personal y relacional de la persona.
-En el acompañamiento de pareja, trabajo con el vínculo, dando espacio a todas las voces de la relación, sin buscar culpables.
-En el acompañamiento familiar, atiendo a la dinámica del sistema familiar en su conjunto.

Acompaño tanto a parejas monógamas como no monógamas, así como a familias en diferentes configuraciones y etapas vitales, adaptando siempre el acompañamiento a la realidad concreta de quienes consultan.


Qué NO hago

Para que tengas claridad desde el inicio:

  • No realizo diagnósticos clínicos.

  • No aplico tratamientos psicológicos ni sanitarios.

  • No trabajo con protocolos cerrados ni recetas universales.

  • No doy consejos rápidos para “arreglar” lo que pasa.

Cuando una persona necesita una intervención clínica o sanitaria, derivo a profesionales colegiados, manteniendo siempre un marco ético y responsable.


Mi lugar como acompañante

Acompaño desde una relación de igualdad, con presencia, honestidad y límites claros. Mi papel no es dirigir el proceso, sino sostenerlo, ayudar a que pueda desplegarse y acompañar las decisiones que van surgiendo.

Muchas personas me dicen que en sesión sienten más espacio para respirar, menos presión por hacerlo bien y mayor claridad interna. Eso es lo que cuido en cada acompañamiento.


Cómo empezar

Si sientes que esta forma de trabajar puede encajar contigo, el primer paso es hablarlo.

Puedes llamarme directamente, contarme brevemente qué te trae y valorar juntas/os si este acompañamiento es adecuado para tu momento vital.

Modalidad: presencial y online
Contacto: llamada directa o escríbeme a través del formulario